El acolchado (en inglés mulching) es un mantillo o capa protectora que recubre la tierra que se utiliza tanto en agroecología como en jardinería.
El mulching o acolchado tiene multitud de beneficios: inhibe el crecimiento de hierbas no deseadas (reduciendo considerablemente la carga de trabajo en la huerta), aporta materia orgánica al suelo, retiene humedad en la tierra (reduciendo la cantidad de agua necesaria para los riegos), protege a las raíces de cambios bruscos de temperatura y protege a la tierra de la erosión.
El acolchado se puede realizar tanto en los distintos tipos de siembra en el suelo, como en los huertos en macetas y también en jardines de plantas ornamentales.
Un tipo de mulching se elabora con una capa de virutas de madera, serrín, agujas de pino y cortezas de hasta 10 cm de alto que puede durar hasta 3 años. Otra opción es poner una capa de paja o heno hasta 15 cm (se va comprimiendo con el tiempo), dura como máximo un año.
Para el acolchado también se pueden usar otros materiales como grava o gravilla (buena opción para las plantas que requieren de calor) o incluso hojas.
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